Se iba a hacer, lo sabíamos todos; era solo cuestión de cuándo. La fecha
encajó perfecta, del 28 de abril al 1 de mayo, día internacional del
trabajador. Y si de trabajo se trata, quién mejor que el Proceso Campesino y Popular del
municipio de La Vega para organizar el Encuentro Internacional al que todos
queremos ir y muy probablemente, al que todos alguna vez iremos. Pasó el 8°
Pueblos y Semillas, único y enriquecedor, como siempre.
Comenzó el viernes en la Escuela Normal Superior Los
Andes de La Vega Cauca, con la presentación de la guardia campesina; quienes, estarían
a cargo del control y la seguridad de todo el Encuentro, se hizo el recibimiento de las y los participantes, provenientes
de distintos rincones del Departamento, de Colombia y el mundo. Como es
costumbre, lo primero en La Vega es el reconocerse los unos a los otros,
encontrarse y reencontrarse; por eso es que una vez que uno participa de un Pueblos
y Semillas, deja amistades y cariños que no se olvidan. Así transcurrió
la jornada entre abrazos, estrechadas de manos e intercambios, “poniéndonos al
día”. Todas las organizaciones y participantes tuvieron la oportunidad de
presentarse y recibir la más calurosa bienvenida, en la fría tarde vegueña. En
la cena, hicieron su primera aparición protagónica las compañeras de la cocina y
los productos de la región, calentando los estómagos y los corazones, como tan
bien saben hacerlo y lo harían durante todo el Encuentro.
El sábado, desde primera hora, a trabajar. Se hizo en mesas
temáticas, en las cuales se analizó durante el fin de semana de forma integral
las problemáticas: Ambiental
minero-energética, estrategias integrales por la defensa del territorio; Gestión
comunitaria del agua; Tierra, territorio, territorialidad campesina y
campesinado como sujeto de derechos; Agricultura orgánica; Protección y control
territorial en clave de derechos humanos; Problemática de la industria de las drogas
ilícitas y uno de sus efectos: Los cultivos de coca, marihuana y amapola; Medicina
tradicional; Participación política, popular y comunitaria; Comunicaciones;
Mujer y juventud campesina. Utilizando sabiamente la concepción y
metodología de la educación popular, se realizó un primer momento de intercambio
de experiencias y saberes; mucho para compartir, mucho para aprender.
Al mediodía, un momento muy especial: el trueque de
semillas, productos alimenticios y medicinales en la plaza de mercado de la
cabecera Municipal de La Vega. La organización incluía así a las comunidades
del macizo, estrechando los vínculos pueblo-territorio, una característica de la casa. Los rostros de la gente al
intercambiar sus semillas y saberes, son una de las mejores postales del Encuentro.
Por la tarde, se continuó con los intercambios de
experiencias y las ponencias de compañeras y compañeros que han tenido la
oportunidad de profundizar, sea por la práctica, por el estudio o ambas, en las
distintas problemáticas abordadas. Momento clave para unificar criterios y
entender entre todos, un poco más, nuestra realidad.
A la noche, los actos culturales: música y teatro para
disfrutar del talento vegueño, sin dudas en alza, que combina la calidad con la
crítica social, siendo una parte fundamental de la resistencia campesina contra
la cultura del consumo y el despojo. Un verdadero placer para los asistentes.
El domingo, a primera hora del día, llegaba el momento de
construir los mandatos populares para el accionar de las comunidades, implementar
de la manera más concreta los Acuerdos de La Habana y avanzar en el proceso Constituyente.
Es decir, que a partir de la reflexión de nuestras experiencias y de
profundizar en las problemáticas, pensar entre todas y todos qué se debe hacer
para continuar la lucha por el mismo camino. Con la claridad política de las y
los participantes, construyendo en colectivo gracias a la educación popular,
cada mesa o eje temático eligió la forma creativa de presentarlos en la plenaria,
donde una vez más se destacaron los talentos artísticos, algunos escondidos
hasta el momento (como algunas imitaciones y actuaciones) y otros siempre en
creciente desarrollo. Especial reconocimiento a la mesa de Mujer y juventud
campesina, que tuvo como protagonistas a un niño flautista y a una “mujer
bonita” rapera, de las que luchan, claro.
Emocionante e interminable (en el mejor sentido) fue
el cierre del evento. Saludos, reconocimientos, discursos inspiradores, el himno del Macizo Colombiano
interpretado por el grupo de música andina del Corregimiento de Altamira “Tierra
Andina, nuevas presentaciones de música y teatro, también con los jóvenes
vegueños como protagonistas y la Fiesta de la Semilla, una rumba de música
andina que hizo olvidar del frío a todos los presentes.
Pasó el Pueblos y Semillas de 2017. La sensación de
todos: volver. El compromiso de todos: seguir dándole para delante, solo que
ahora, con un poco más de conciencia, hermanamiento y unidad. La Vega enamora,
porque lo hace sentir a uno del lugar, porque su historia y su pueblo le
transmiten desde que se llega, el valor de la vida, el valor del agua; y siendo
el Macizo donde nace el agua de Colombia, se toma conciencia con notable
naturalidad que ¡SI EL MACIZO VIVE,
VIVIMOS TODAS Y TODOS!
Mayo
de 2017
¡Hemos puesto en Marcha
Nuestro corazón,
Seguirá en Marcha
La esperanza!
COMISIÓN DE COMUNICACIONES
MOVIMIENTO POLÍTICO Y SOCIAL MARCHA PATRIÓTICA
CAUCA
PROCESO CAMPESINO Y POPULAR DEL MUNICIPIO DE LA VEGA
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