Miles de campesinos, indígenas,
afrodescendientes, estudiantes, iglesias y comunidades de fe, organizaciones
sociales y políticas, viviendistas, docentes, niños y niñas, jóvenes, medios de
comunicación tradicionales y alternativos, deportistas, Juntas de Acción Local
y comunidad en general, recorrieron cientos de kilómetros de esta Colombia
profunda para encontrarse en los puntos de pre-agrupamiento temporal de las
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – FARC EP- y participar de las VIGILIAS POR LA PAZ convocadas en todo
el territorio nacional para los días 30 y 31 de Octubre del presente año; en el
Departamento del Cauca en particular, se dinamizaron en La Elvira - Buenos
Aires, Monterredondo-Miranda, Pueblo Nuevo-Caldono, Santafé-El Bordo, en el
norte de la Capital Caucana en el lote de reubicación del asentamiento de El
Dorado y al sur en el Corregimiento de El Sinaí, en Argelia.
Fueron dos días para reflexionar, compartir, reír,
aprender, jugar y ensoñar un país
igualitario, equitativo, en Paz con Justicia Social y sobre todo, darse la
oportunidad para abrazarse, mirarse a los ojos, reconocerse el uno al otro a
pesar de las diferencias de culto, credo, políticas e ideológicas, porque el
sentir colectivo que se vivió al interior de las vigilias fue de un profundo
sentimiento de reconciliación y esperanza hacia el porvenir. Las actividades
giraron en torno de los ejes simbólico, cultural, deportivo, pedagógico y
ecuménico.
BUENOS AIRES – LA ELVIRA
Luego de varias horas de camino, alrededor de mil
personas pertenecientes al sur del Valle del Cauca y centro- norte del Cauca, se
dieron cita en este punto para participar de la vigilia. La jornada inicio con el
saludo del Comandante Walter Mendoza, del Bloque Occidental Alfonso Cano de las
FARC-EP; luego, llegó la música, el canto, las danzas y los encuentros
deportivos de fútbol y ajedrez que impregnaron de algarabía, risas y felicidad a propios y asistentes.
Con posterioridad, se realizó una acción
simbólica a través de unos globos que elevaron al cielo los sueños, las
esperanzas y los anhelos de paz que cada asistente plasmó en los mensajes contenidos
en ellos; esta iniciativa culminó con un abrazo profundo de reconciliación.
En horas de la tarde, se dio paso a los cánticos
y alabanzas de las distintas
manifestaciones de culto y fe que se hicieron presentes en el lugar, entre
cristianos, católicos, testigos de Jehová, evangélicos y gnósticos, clamaron
por una Colombia en paz y con justicia social.
El segundo día, transcurrió en intermedios de
actos de fe y danza andina, que estuvo a cargo de estudiantes de la Universidad
del Cauca, quienes recordaron entre los asistentes las raíces que compartimos
como pueblos de Nuestra América y reflexiones entre la guerrillerada y los
participantes en torno de la necesidad y exigencia de implementar los acuerdos
en los territorios.
Por último, resaltamos el mensaje que manifestó
Miguel Pascuas, un guerrillero legendario, fundador de muchos frentes de las
FARC-EP, sobreviviente de Marquetalia y quien insistió en la premisa: “vamos a
trabajar en las veredas, en los Municipios, en las Ciudades, haciendo política;
porque para eso, combatimos durante cincuenta años por nuestras ideas y para
transformar a Colombia”.
MIRANDA – MONTEREDONDO
Desde tempranas horas del día, pobladores de las
zonas norte y centro del Departamento
del Cauca empacaron en sus mochilas las energías y alegría de apostarle a la
construcción de un mejor país y comenzaron la travesía entre montañas y valles
para llegar a Guatemala, una vereda localizada en la zona plana del Municipio
de Miranda, para salir en caravana hasta a la vereda de Monterredondo, que se
encuentra en la zona montañosa. La gente fue llegando en moto, chivas, carros
particulares y de servicio público, con el objeto de hacer parte de la vigilia
convocada en este Municipio.
En el transcurso de los dos días, arribaron al
lugar más de tres mil personas que se caracterizaron por impregnar de esperanza
y optimismo el espacio de la vigilia; encuentro que inició sobre el mediodía
con el saludo e intervención de Carlos Antonio Acosta, segundo comandante del
sexto frente de las FARC-EP, quien recalcó: “somos hombres y mujeres que no
vamos a desfallecer. Hay una oportunidad que jamás hemos tenido y la cultura de
la guerra no nos impondrá la muerte y las matanzas”; además afirmó: “este
proceso ha servido para que verdaderamente nos encontremos quienes hemos hecho
parte de la confrontación: el ejército, la policía, nosotros. Hemos tenido la
oportunidad de encontrarnos y darnos la mano. Ahí pienso que somos Colombianos
y que esta confrontación nunca tuvo que haber sucedido”.
Después se dio paso a los saludos e intervenciones
de los asistentes, con intermedios musicales de cantantes de las filas
insurgentes y la comunidad, quienes hicieron tararear a viva voz varias de las
letras de las canciones populares que interpretaron. Sobre el atardecer se
ofició una misa católica y el sacerdote resaltó la imperiosa necesidad de avanzar
en caminos de paz, amor y reconciliación. Luego se tomaron la tarima y el
polideportivo del colegio las reflexiones que dejaron las obras teatro y la
alegría de la danza fariana.
En horas de la noche, con la participación de varios
pastores y creyentes de comunidades de fe cristianas, se dinamizó una plegaria
por la paz, el auditorio en pleno se impregnó de las alabanzas y cánticos que
se elevaron. En el marco de este acto ecuménico se realizó una acción simbólica
de luz a través de velas y velones, que fueron entregados a cada participante
de la vigilia para contagiarse y compartir amor, reconciliación, esperanza y fe.
El segundo día, los grandes protagonistas fueron
los niños, que se tomaron la vocería de la vigilia y compartieron sus anhelos,
reflexiones, y sueños de paz. En esta
jornada además, se hizo presente el grupo de teatro y danzas del ICBF (Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar) y llegaron los dulces, las galletas, el
helado que degustó y alegró los estómagos y el paladar de todos los
participantes. Así mismo, llegó la banda de los niños y niñas de la Institución
Educativa Comercial el Palo, que con sus compases inundaron el ambiente de tonadas
de paz que retumbaron en un territorio donde por muchos años solo se han
sentido los estragos de la guerra. Los otros jóvenes que también desde el arte
se vincularon a la vigilia, fueron los chicos del colectivo Bahareque, que
realizaron un mural en una de las paredes de la institución.
El sentir de los asistentes a la vigilia fue
“estamos aquí para revivir y reanimar nuestros sueños de paz, venimos a
acompañar sin temor a los que históricamente desde las montañas de Colombia
asumieron la defensa de los derechos de los Colombianos y que hoy, después de cincuenta
años han decidido pasar a la vida civil”. Además, recalcaron que “la paz
significa construir desde sus casas, sus familias, vecinos, zonas de reserva
campesina, resguardos, territorios colectivos de afrodescendientes espacios
interculturales para llevar en nuestro corazón un mensaje de unidad y con ello,
que corran por estas montañas vientos de progreso y prosperidad”.
CALDONO – PUEBLO NUEVO
La jornada comenzó en El Pital, donde se
concentraron los integrantes de los resguardos indígenas de San Lorenzo, Las
Mercedes, La Laguna, Siberia, Pueblo Nuevo, Tumburao, La Aguada, Pioya y la
Universidad del Valle. Allí se realizó un acto en homenaje a los dos guardias
indígenas caídos durante la Minga Agraria de este año, Marco Aurelio Díaz Ulcue
y Gersain Cerón Tombe, símbolos de la resistencia Nasa. De allí, se realizó una
gran marcha por la paz hacia El Pescador, seguida de una caravana hacia Pueblo
Nuevo, sitio escogido para la realización de la vigilia por la paz.
Alrededor de mil quinientas personas participaron
de esta vigilia; quienes, con mucha esperanza, alegría y un profundo
sentimiento de reconciliación, expresaron que son “las comunidades, las que
tienen la oportunidad de ser protagonistas concretos de la paz y aportar a la
reintegración con dignidad de los ex combatientes”, asintieron en que “lo fácil
ya pasó, ahora viene lo difícil, la paz política, económica y social”, como
bien lo sintetizó Henry Acosta, facilitador de paz de la mesa de La Habana.
En nombre de la insurgencia, Marcela pidió perdón
por los errores que se cometieron en los territorios durante el accionar en el
marco del conflicto, asegurando que fueron consecuencias involuntarias de la
complejidad de la guerra. A su vez, valoró y agradeció las vigilias por la paz,
la participación de tantas comunidades y organizaciones sociales, demostrando
todos juntos el verdadero sentir del pueblo Colombiano a favor de la paz
estable y duradera.
Luego de los saludos e intervenciones de los
diferentes gobernadores de resguardos, organizaciones sociales e iglesias, se
pasó a los actos religiosos, donde con la participación de toda la comunidad y
la barriga llena por el sabroso mote compartido, se pasó la noche celebrando el
comienzo de la reconciliación y de la vida en paz de los pueblos.
Por último, Diego, un integrante del frente
Jacobo Arenas insistió: “Quiero que toda la sociedad saque este proceso
adelante porque como Colombianos tenemos la esperanza de cambiar este país. Desde
el comienzo de la lucha, siempre hemos buscado que haya un cambio, porque si
miramos del ‘48 para acá, ha sido solo de violencia, hemos vivido siempre
reprimidos y por eso nos tocó empuñar las armas por fuerza mayor. Por lo tanto,
en este momento, en este proceso que estamos llevando, estoy convencido que
vamos a lograr el objetivo que anhelamos todos los Colombianos, la paz, como un
derecho de todos y por el futuro que merecen todos los niños que vienen en
adelante”.
EL PATÍA – SANTAFÉ
Para llegar a este punto de la vigilia en el sur
del Departamento del Cauca, los asistentes tuvieron que enfrentarse a las condiciones
adversas del terreno, la lluvia inclemente y las precarias vías de acceso.
Atendieron el llamado comunidades de San Sebastián,
Sucre, Bolívar, Balboa y Mercaderes, algunos indígenas de Caldono del pueblo
nasa, comunidades afrodescendientes del norte del Cauca y de Popayán. En total,
arribaron a la vigilia ochocientas personas aproximadamente para participar de
las actividades culturales, ecuménicas y políticas.
En la instalación, el comandante del frente que
opera en esa zona afirmó: “Continuamos firmes; para nosotros es muy grato que
todos ustedes estén aquí, sacrificando un rato de su tiempo, eso nos
reconforta, nos reanima para continuar en la búsqueda de la paz con justicia
social, esperamos sea pronto que se apliquen los acuerdos, porque todo está
acordado, firmado y las enmiendas que hay que hacerle sean para enriquecerlo y
no para torpedearlo”.
Acto seguido, se dio la apertura de un
conversatorio donde los participantes podían expresar sus inquietudes y
apreciaciones en torno del proceso paz, de los acuerdos de La Habana y de las
implicaciones en sus territorios. En horas de la noche, se dio paso a las
oraciones, cánticos y alabanzas de las comunidades cristinas que asistieron al
espacio. Así como, a las reflexiones en torno de una obra de teatro que
presentaron un grupo de universitarios y de un ejercicio de reencuentro
interior guiado a través de música y una caminata en círculo que estimulaba a
los asistentes a recordar desde el momento mismo en que se encontraban en el
vientre de sus madres.
Al día siguiente, se realizaron encuentros
deportivos, intercambios de ideas con la metodología de conversatorio y una
acción simbólica con velas para simbolizar con la luz, la comunidad de vida,
reconciliación y unión que debemos tener por el hecho de ser Colombianos.
ARGELIA Y POPAYÁN
En Argelia se dinamizó una vigilia por la paz en
el Corregimiento del Sinaí, donde participaron personas propiamente de la comunidad
y de los lugares aledaños. La vigilia estuvo enmarcada en acciones simbólicas representadas
en los mensajes de paz construidos en carteleras y con pinturas por los niños y
jóvenes presentes; también por la música, las danzas y la poesía a cargo del
comité de mujeres de El Plateado y los espacios de encuentro, reflexión y
análisis de lo acordado en La Habana.
En caso de la capital caucana, la vigilia se desarrolló
en el lote contiguo al salón comunal del barrio Toéz en el norte de la Ciudad;
fue dinamizado por los asentamientos de El Dorado, Construir Futuro, Renacer 2
de Julio, Asociación San Martín y el Bloque de Asentamientos de Occidente.
Participaron alrededor de trescientas personas, quienes desde las nueve de la
mañana empezaron con un conversatorio sobre los acuerdos de La Habana, el
derecho a tener una vivienda digna y en particular, un análisis de la
incidencia de la paz con justicia social en el sector urbano.
Con posterioridad, se realizó una eucaristía y
una acción simbólica a través de la luz y el agua, como una forma de unirse al
clamor de la paz, la reconciliación y el perdón que se elevó durante las
vigilias a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.
PARA FINALIZAR
La insurgencia de las FARC-EP agradeció “a todas
y todos los que han llegado a acompañarnos en este gran clamor nacional que se
siente desde el occidente hasta el oriente, desde el norte hasta el sur. Porque
por primera vez, los hemos congregado en todo el territorio a hablar de paz, a
hablar con sensatez de cuáles son los obstáculos para lograrla, para decirles a
los enemigos, a los guerreristas, a los que dijeron NO el 2 de octubre, a los
que invirtieron plata para que la guerra continuara, a esos que propugnan por
la guerra, pero no van a ella. A ellos, les estamos mandando nuestro mensaje de
que somos más los que queremos la paz, que somos más los hombres y mujeres que
estamos dispuestos a trabajar hombro a hombro por construir ese anhelo, que es la
paz con justicia social”.
Además, expresaron: “Queremos decirle a todo el
pueblo Colombiano, al mundo entero, que las FARC-EP somos hombres y mujeres con
dignidad, con sentimientos, que estamos con la frente en alto y que no pensamos
movernos de la postura de la Paz” e hicieron el llamado a los jóvenes, niños
que fueron en compañía de sus padres y a la generación que ha crecido en medio
de la guerra de “que hay una gran oportunidad que jamás en la historia de este
país hemos tenido, esta generación puede construir un país diferente, donde la
cultura de la guerra no nos imponga el genocidio y las matanzas. Que lo que se
nos imponga sea una cultura de paz, donde seamos sociables y podamos convivir
indígenas, campesinos, afros, sin importar nuestro pensamiento e ideología, que
podamos convivir sin importar nuestra aceptación o creencia religiosa”.
¡PAZ YA! ¡GUERRA NUNCA MÁS!
Noviembre de 2016
¡Hemos puesto en
Marcha
Nuestro corazón,
Seguirá en Marcha
La esperanza!
OFICINA DE PRENSA Y COMUNICACIONES
MOVIMIENTO POLÍTICO Y SOCIAL MARCHA
PATRIÓTICA CAUCA
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